Chile, 1929: El frustrado atentado contra el “Paco” Ibáñez: El otro “tiranicidio” que no fue

atentandoPublicado por Eduardo Godoy S. en El Amanecer, nº24 y n°25  (septiembre-octubre 2013).

“Fue el que manchó de sangre la tierra generosa,
El que ordenó las muertes y las flagelaciones,
El que despreció el llanto de madres y esposas
Y arrojó las conciencias libres a las prisiones”.

Extracto del poema “Ibáñez”, (1938)

En febrero de 1927, el general Carlos Ibáñez del Campo, quién decía representar los “ideales” de la oficialidad descontenta del Ejército, llegó al poder, gobernando con el apoyo de civiles y militares hasta el 26 de julio de 1931. Su régimen autoritario tuvo a decir de Tomás Moulián una: “naturaleza cesarista en el sentido de Marx. Se trataba de un caudillo que se impuso como “salvador” a los demás grupos y clases, a través de maniobras de fuerza (…). En cuanto jefe de una facción militar se autocolocó por encima de los grupos, aprovechando sus mutuas debilidades”.

Durante su régimen dictatorial, fuertemente represivo y autoritario, enmarcó a las organizaciones de trabajadores en un sistema de sindicalización legal tutelado por el Estado y llevó a cabo una serie de medidas sociales mediante el fomento de legislación socio-laboral que resultaron ser, como ha señalado el historiador Jorge Rojas Flores, “un refugio atractivo para la mayoría de aquellos descontentos que, desconfiados del parlamentarismo, los partidos políticos y el supuesto sufragio universal, esperaban de un gobierno fuerte el fin a todos los males”. Sigue leyendo

Compañera Claudia López ¡Presente! Recopilación de textos

tumblr_m6ibqskv551ql30rzo1_12801clNota de la redacción: Publicamos aquí una recopilación de textos sobre la compañera anarquista Claudia López, asesinada por la policía en las barricadas de la Población La Pincoya el 11 de septiembre de 1998.

Esta recopilación, de una edición muy poco cuidadosa, fue hecha por el  Archivo Chile, del Centro de Estudios Miguel Enríquez (CEME). Son en su mayoría comunicados, pensamientos, panfletos, poemas y demás material escrito inmediatamente después de la muerte de la compañera y publicados en un número especial del fanzine El Francotirador[1], sacado a los pocos días de ese 11 de septiembre. También se incluyen aportes posteriores, como por ejemplo el poema del Kolektivo Kamina Libre, la canción de la banda punk Malgobierno y la editorial de otro número especial de El Francotirador editado al cumplirse un año de la muerte de la Claudia. También se reproducen varios de los poemas escritos por la compañera.

El hecho de que cada página de este PDF venga con la firma del CEME y el Archivo Chile es sólo una característica de un mal muy extendido entre la izquierda marxista y también entre muchos anarquistas: la propaganda del proyecto propio como una finalidad en sí misma, como algo más importante que la proyectualidad de los actos y las iniciativas.

COMPAÑERA CLAUDIA LOPEZ:
¡PRESENTE EN LA ACCION DIRECTA!

Nota:
[1]:
El Francotirador fue un fanzine que se comenzó a editar en 1996 por un núcleo de compañeros que participaban activamente en la lucha callejera en el Cordón Macul. La compañera Claudia fue una de las impulsoras de esa publicación.

..::VER RECOPILACIÓN AQUÍ::..

México, 2014: La naturaleza es el bien, la civilización es el mal…

140919203728_smithsonian_wilderness_forever_exhibitComunicados de Individualidades Tendiendo a lo Salvaje

LA VOZ DE LA SANGRE.
A manera de prólogo

“Me desperté por lo menos una hora antes que de costumbre. Esto, por sí solo, era algo extraordinario; y permanecí completamente despierto, reflexionando sobre ello. Algo pasaba, algo no iba bien, aunque no sabía qué. Me sentía agobiado por un presentimiento de que algo terrible había ocurrido o estaba a punto de ocurrir”.

La huelga general – Jack London

8 de agosto de 2011, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Armando Herrera Corral recibe en su oficina un paquete que sorprende alegremente al Doctor. El paquete decía ser una mención por su honorable investigación.

Armando, buen amigo además de buen ciudadano, decide compartir su alegría con su colega. Deja todo lo que estaba haciendo y rápidamente se dirige a la oficina del prestigioso especialista en la construcción de robots, Alejandro Aceves López. Le cuenta lo acontecido, sirve café y entusiasmados abren la caja…

La explosión se escucha en todo el predio. La “mención” no era más que un niple galvanizado relleno de pólvora, una pila de 9 volts que le daba energía a un foco roto Sigue leyendo

Alemania-Italia, 2009: Carta de Gabriel Pombo por la muerte de Diana Melazzi

Nota de la redacción: Dejamos la antigua carta de nuestro compañero Gabriel Pombo da Silva ante la muerte de Diana Melazzi, una revolucionaria que apareció ahorcada en la cárcel de Rebibbia (Roma) el 31 de octubre de 2009. Pocas horas antes le habían anunciado la sentencia de tercer grado, definitiva, a la cadena perpetua por su pertenecia a las Nuevas Brigadas Rojas, las que se responsabilizaron de una serie de acciones ocurridas entre 1999 y 2006 (los ajusticiamientos de dos consultores del Ministerio del Trabajo, así como de la muerte de un policía y de la dinamitación de una barraca de la Brigata Paracadutisti Folgore, uno de los cuerpos de élite del ejército italiano).

Fue el 2 de marzo de 2003 cuando, en medio de un control policial rutinario, Mario Galesi y Nadia Desdemona Loice disparan contra los agentes, hiriendo de muerte al superintendente de la Polizia Ferroviaria Emanuele Petri. Mario recibe dos balazos en su estómago, que le provocarán la muerte ese mismo día. Con los datos recabados, los agentes logran el arresto de siete brigadistas el 24 de octubre: se trata de Federica Saraceni, Laura Proietti, Cinzia Banelli, Paolo Broccatelli, Roberto Morandi, Marco Mezzasalma e Alessandro Costa. Sólo Alessandro logrará ser absuelto.

A los dos meses, miembros de la Digos (policía política italiana) logran dar con una casa de seguridad en Roma, donde son hallados uniformes de la policía, teléfonos móviles, pelucas, matrículas de automóviles y una buena cantidad de material explosivo. La arrendataria del hogar era Diana Melazzi, quien fue arrestada el 22 de diciembre y acusada del homicidio del juez laboral y consultor del Ministerio del Trabajo Marco Biagi (marzo de 2002), uno de los principales promotores «de las líneas y formulaciones legislativas de un proyecto remodelatorio para regular la explotación del trabajo asalariado».

Al final de los procesos, las condenas fueron:

  • Nadia Desdemona Lioce: cadena perpetua por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo y del policía ferroviario Emanuele Petri.
  • Roberto Morandi: cadena perpetua por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo.
  • Marco Mezzasalma: cadena perpetua por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo.
  • Laura Proietti: veinte años de prisión por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Cinzia Banelli: veintidós años y cinco meses de prisión por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo. En 2004 se arrepintió y comenzó un viaje de colaboración que le ha permitido obtener la libertad condicional en 2006. En la actualidad, se le asignó una nueva identidad y fue reubicada.
  • Simone Boccaccini: veinte años de prisión por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Federica Saraceni: veinte años y seis meses por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Paul Broccatelli: nueve años y seis meses por robo y formación de banda armada.
  • Bruno di Giovannangelo: cinco años y seis meses por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Alessandro Costa, Roberto Badel, Maurizio Viscido y Fabio Viscido: absueltos.
  • Diana Blefari Melazzi: cadena perpetua por el homicidio de un consultor del Ministerio del Trabajo.

Al momento de morir, Diana tenía 40 años.

Recordamos también que Gabriel, al momento de escribir esta carta, se encontraba cumpliendo una condena por haberse enfrentado, durante un control rutinario, a una Sigue leyendo

Chile, 2013: Recuerdos de un 22 de Mayo

Rescatado desde Hommodolars

Este es un texto desde el corazón, no es una reflexión política ni una calculada rememoración de acontecimientos no tan lejanos. Puedo equivocarme y olvidar ciertos aspectos o agregar otros pequeños, pero quería compartirlo para mantener viva la llama del recuerdo, vomitar mis sesos sobre un teclado y poder contar a los que no estuvieron ahí un poquito aquel doloroso día cuando nos enteramos que el Mauri ya no estaba entre nosotros.

LO IMPORTANTE NO ES LA CAÍDA, SINO EL ATERRIZAJE…

Recuerdo que ese da me desperté bien temprano a eso de las 7:30 y como de costumbre, para no dormirse de nuevo, prendí la tele para que hubiera ruido. La compa con la que compartía en ese tiempo tenía clases en la mañana y entre fríos (me acuerdo harto de ese frío) y un par de besos de despedida se fue. La caja de luces murmuraba algo, algo de una bomba, pusimos atención, hablaban de un muerto, a esa hora no estaba claro quién era ni por qué. Me asusté pensando que podía ser un transeúnte. Me dio un escalofrío momentáneo por toda la espina cuando pensé que podía ser un compañero, pero las impresiones fueron vagas y no se podía sacar conclusiones, aparte tenia sueño. La compa se había ido y yo no tenía que hacer nada importante en la mañana; como buen vago, me volví a dormir.

Desperté más tarde, a eso de las 12, por un momento no me acordaba de la información de más temprano. Después de remoloneos, gruñidos y bostezos me levanté, me acordé al instante de la TV, la encendí, y por un momento no puede reaccionar, como que enmudece?, me quede medio blanco mirando el canal mas fascista de la TV, el Mega, y Sigue leyendo

Chile, 2009: Un saludo de libertad para Mauricio Morales

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Un saludo de libertad

Santiago, 23 de mayo de 2009

“La noche ya ha avanzado. No hace tanto frío para toda la ropa que oscurece nuestra imagen, pero eso no importa, el viento refresca nuestro rápido avance. Estamos a tiempo. Todo hasta el momento va bien. Estamos solos, solos como nunca y como siempre. Por las calles sombrías y maltrechas rodeamos la fábrica de carceleros. Nos acercamos. La próxima parada está cerca. En mi mente repaso el plan acordado.

(Estar aquí no es fácil. En este momento es vana cualquier discusión sobre el sentido de traspasar el discurso inerte e inmovilizador de algunos que se dicen nuestros compañeros. Estar aquí no es fácil. Es la consecuencia de no aceptar este mundo esclavista, el resultado de largas conversaciones clandestinas y tomarse el tiempo de planificar… No es fácil como creen algunos.)

Voy feliz y agitado. En nuestras espaldas viaja el sueño iracundo hecho realidad: interrumpir el agresivo bienestar de los lacayos del orden del estado empresarial; que escuchen la voz de hombres y mujeres que se resisten a ser esclavos, que no quieren acuerdos que legitimen este orden asesino, que sepan de una idea de libertad que no muere.

Llegamos a nuestra parada. Nos detenemos. El aire está en silencio. Un momento más, un instante. Un muro, el piso, mis manos, la bicicleta, mi compañero, la calle pétrea, la ciudad contaminada, el orden carcelario, la noche, el silencio…

Todo estalla.”

No hay discusión posible, todo es acuerdo. La experiencia de la eterna discusión teórica con el Estado y sus esbirros dejó de tener cuerda hace mucho tiempo para aquellos que llevan la libertad en la sangre y no bajo el brazo. Gracias a ellos se han escrito las más incandescentes historias: las de la lucha por la libertad y de la creación de mundos sin explotación. Todo lo demás ha sido ruina.

Hoy, el Estado, la policía, la gerencia económica e intelectual de este país hacen gala de su ineptitud atacando casas, alzando burdas declaraciones, repitiendo las imágenes de la descarada persecución política, democrática o dictatorial, da lo mismo.

En estos días dejan caer todo su temor prepotente sobre el cuerpo inerte del compañero, sobre su vida insurrecta y la de sus compañeros: la cacería se ha develado una vez más, el momento pide por tanto absoluta cohesión y convicción, silencio y voz!

Es nuevamente la hora del compromiso tantas veces vociferado, es momento de dejar actuar a nuestras convicciones y que todo apoyo sea una exigencia y claridad!

Saludamos a Mauricio, a su trabajo y coherencia de rebeldía que pocos transitan y muchos critican. Saludamos a todos sus cercanos, a los que entienden su entrega y la valoran. A los demás, nada!

Resistencia Insurrecta, Ataque Directo, Siempre!

Fuerzas Autónomas y Destructivas León Czolgosz
Columnas Armadas y Desalmadas Jean Marc Rouillan
Banda Antipatriota Severino Di Giovanni

Italia-Chile, 2005: ¿Quién es Toni Negri y por qué está aquí?

Toni Negri durante el Proceso del 7 de Abril. Atrás, varixs de sus co-imputadxs. Tiempo después, Negri pasaría de ser enjuiciado por el Estado a participar en él en el Parlamento.

Nota de la redacción: Va un viejo texto crítico sobre el respetado profesor Negri, un gatopardo con refinadas habilidades para ir donde calienta el sol. No es casualidad que sus dos visitas a Chile se hayan enmarcado en el desemboque de álgidos conflictos sociales, en 2005 con la experiencia de las protestas por la cumbre de la APEC y en 2011 cuando el movimiento estudiantil había desbordado cualquier pronóstico.

El profesor Negri es una de esas curiosidades que pululan en el ambiente revolucionario: a pesar de que nunca fue un combatiente, sí alcanzó una fama enorme en el mundo de la lucha social revolucionaria de los años 60 y 70. ¿Su aporte? Fundar Potere Operaio y teorizar, teorizar mucho. Algo así como lo que ha hecho Alberto Mayol en Chile, viviendo en base a un movimiento ocasionalmente conflictivo. Así vivía, entre sus cátedras sobre Teoría del Estado en la Universidad de Padua y sus aportes a distintas revistas marxistas, cuando fue arrestado en el Proceso del 7 de Abril de 1979, acusándosele (junto a otros investigadores de la Universidad de Padua, periodistas y militantes fundadores de Potere Operaio como Emilio Vesce, Oreste Scalzone, Franco Piperno, Luciano Ferrari Bravo, Alessandro Serafini y Alisa Del Re) de varios cargos. Al profesor se le apuntó como autor intelectual de la muerte de Aldo Moro. (¿Podría acusársele de algún cargo no intelectual, acaso?), lo que le significó pasar unos cuantos años en prisión. En sí, todo el Proceso del 7 de Abril significó la puesta en marcha al por mayor del Teorema Calogero (también llamada Teoría del Entorno), propuesto por el magistrado y militante del Partido Comunista Italiano (PCI) Pietro Calogero, el que a través de amalgamas y silogismos agrupó a todos los que se situaban a la izquierda del PCI, desde el movimiento autónomo a las Brigadas Rojas, dentro del gran saco de un «partido armado» dirigido por hábiles y pérfidos «malos maestros». A tal punto llegaría la fe en estas hipótesis de autorías intelectuales que, en 2010, Pietro Calogero, por fin jubilado y con 70 años, publicará sus memorias en su libro Terror Rojo. De la autonomía al partido armado, firmado con Michele Sartori, periodista de L’Unità (dependiente del PCI) y Carlo Fiuman, profesor de la Universidad de Padua. En él, prosigue imperturbable en sus desvaríos sobre conspiraciones y secretos, a pesar de que los testimonios y las sentencias de los tribunales hayan afirmado lo contrario.

En septiembre de 1982, la firma del profesor Negri apareció junto a la de Paolo Virno y otros presos de la cárcel de Rebibbia, miembros de Potere Operario, Guerriglia Comunista, Unità Comuniste Combattenti y otros tantos del área de la autonomía obrera, el texto Una Generazione Politica Detenuta, conocido como «el manifiesto de los 51», un documento de disociación (rechazo de la lucha armada pero también de la delación). La «estrategia de la disociación» fue una apuesta del Estado por desarticular la lucha armada revolucionaria en Italia, cavando profundas divisiones en el movimiento autónomo. En palabras de Rolando d’Alessandro: «Gracias a un trabajo minucioso de todas las fuerzas contrarrevolucionarias, lo que nunca hubiera tenido que salir del ámbito de un debate sobre oportunidad política se convirtió en sentencias con connotaciones moralistas y se impusieron nuevas verdades como que «en democracia todo se puede conseguir sin violencia» o que «la violencia lleva a la sinrazón», verdades que tendrían su eco en numerosos pseudoanálisis que se iban a fraguar dentro de las áreas antagonistas mismas, del tipo «las pistolas acallaron las voces del movimiento», de mucho efecto propagandístico y de ningún espesor político». Este fenómeno, fue tratado en su tiempo en el escrito El fin de la clase política de la Autonomía Obrera Organizada y, más tarde y brevemente, por Salvatore Verde en su libro Máxima Seguridad. De las cárceles especiales al Estado penal (especialmente en los capítulos Las cárceles especiales y el «pentitismo» y El fin de la emergencia).

Al año siguiente, en 1983, y mientras cumplía su prisión preventiva, el profesor Negri fue candidateado y elegido como diputado por el socialdemócrata Partido Radical, concediéndosele el fuero y logrando pisar la calle nuevamente, hasta que la inmunidad le fue revocada. Pero ya estaba auto-exiliado en la Francia socialdemócrata de Mitterrand, aprovechando el asilo político que se le había ofrecido, mientras que ese mismo gobierno pateaba puertas y allanaba hogares y centros sociales buscando a los compañeros de Action Directe y de la izquierda extraparlamentaria. Allí, Negri siguió teorizando y desde donde regresó en 1997 a cumplir su condena, reducida a 12 años. Desde 2003 entró a obtener beneficios de salidas periódicas.

El Proceso del 7 de Abril terminó con 80 imputados, 70 absoluciones, 60 mil indagados y 25 mil arrestos. Scalzone fue condenado a 8 años; Piperno a 2, pero se auto-exilió en Francia hasta que la pena prescribió. Vesce fue absuelto.

Ciertamente, el profesor Negri siempre estuvo intentando encabezar el movimiento autónomo italiano de los setenta («autónomo», entendido como comunista anti-estatal y anarquista), y cuando éste se desgastó, siguió desarrollando su figura de falso crítico, pasando, sin asco, de las calles al parlamento, allí donde se parla, donde se dialoga con los demás poderes del Estado. No olvidar que un parlamentario compone un poder del Estado, por lo tanto es parte de él y ayuda a mantenerlo; aunque sueñe con que pueda cambiarlo: sólo las pesadillas pueden despertar al individuo. Sólo las acciones son capaces de transformar la realidad, las condiciones materiales objetivas. De eso, el profesor Negri conoce bastante. E insistimos en llamarlo profesor, porque eso es lo que es: jamás un revolucionario.

Independientemente de las diferencias que puedan tenerse con el comunismo, con el marxismo, no se puede obviar la importancia revolucionaria que este movimiento ha tenido en la historia de los grupos explotados. Basta con recordar bajo qué ideas se articuló la resistencia armada a la dictadura en países como Argentina, Chile o Brasil.

De la misma manera es necesario aclarar la molestia que nos produce dejar en éste sitio una nota hecha por la gente de Comunizacion.org, quienes han tratado a compañeros como Gabriel Pombo da Silva con adjetivos que no nos interesa revivir. Sin embargo, un texto no se transforma en inútil por quien lo escribe, y la nota de Comunizacion.org sirve en este caso para darle un contexto a lo que se narra más adelante. Sólo en este caso.

Aunque este panfleto desnuda muy bien a Toni Negri, hay un pequeño libro anónimo titulado Bárbaros, la insurgencia desordenada (inglés | italiano), publicado por Edizioni NN en 2002 y que nació como una respuesta anárquica al libro Imperio, y que termina con una feroz crítica a Negri, una crítica mucho más afín y compañera, sin esas típicas alusiones y vivas al proletariado que más parecen invocaciones religiosas a una clase social muerta como proyecto revolucionario. No afirmamos que el proletariado no exista ni nada parecido, pero hay que entender que la clase obrera no es revolucionaria ni por defecto ni porque así lo diga alguna ideología.

Ahora bien, cuando el texto que dejamos a continuación habla de que la muerte de Aldo Moro fue perpetrada cuando «las Brigadas Rojas (…) ya estaban infiltradas y bajo el control de la policía secreta», estamos frente a un típico mecanismo de defensa de los situacionistas, esnobs y otros tantos espectadores de la revolución que deliraban con que las Brigadas Rojas, los Núcleos Armados Proletarios y otros grupos armados estaban infiltrados. Esa misma crítica, por ejemplo, fue empleada en Chile por el Partido Comunista (históricamente de una tendencia apegada a los marcos legales) hacia algunas acciones realizadas por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria en los años 70′ y 80′, y luego apuntadas hacia el MAPU-Lautaro (años 90′) o, en años más recientes, hacia los bombazos reivindicados por anarquistas.

La muerte de Aldo Moro ocurrió durante 1978, en medio de la campaña del Ataque al Corazón del Estado para combatir al compromiso histórico del PCI (Partido Comunista de Italia) y la Democracia Cristiana, de la cual Moro era uno de sus dirigentes asegurados. Luego, las Brigadas Rojas se fraccionarían y seguirán impulsando la lucha armada hasta bien avanzada de década de 1980 cuando, junto a los compañeros de Acción Directa (Francia), y la Fracción del Ejército Rojo (Alemania Federal), impulsan el Frente Anti-imperialista. Por supuesto que los compañeros sufrieron infiltraciones de la policía y organismos de seguridad, como ha ocurrido desgraciadamente con muchas guerrillas, pero decir que estaban dirigidas por el Estado o el propio PCI, como en más de una ocasión insinuó el señor Debord —«un intelectual de la corte del Príncipe Proletariado», como tan bien lo definieron unos compañeros de Italia—, es una afirmación simplemente estúpida que no se sustenta en nada, salvo en la mala fe de quienes la escupen.

En palabras de Alessandro Stella: «Más de treinta años después, y aunque todos los informes policiales como las sentencias de los tribunales demostraron que los grupos armados de esos años estaban formados por obreros, estudiantes, proletarios e intelectuales, que sus motivaciones eran sociales, que tenían una ideología comunista y querían un cambio político radical, los fabricantes de opinión siguen manteniendo una interpretación o visión misteriosa de la historia. Detrás de las Brigadas Rojas y otros grupos armados, tenía que haber forzosamente alguien más -aunque nunca nombrado, nunca descubierto-, que actuaba en la  sombra con fines completamente diferentes a los de estos brigadistas, tan ingenuos que ignoraban estar siendo manipulados. Entre otros periodistas, políticos y profesores, el politólogo Giorgio Galli ilustra este pensamiento mágico. En su libro de 2004 Plomo Rojo. La historia completa de la lucha armada en Italia de 1970 a hoy -con título del viejo oeste y un subtítulo de tesis universitaria-, vuelve a plantear, en más de quinientas páginas, la tesis de la manipulación de los grupos armados de izquierda por un poder oculto.

La teoría de la conspiración, de las conexiones con servicios secretos extranjeros, toda la dietrología (estudio de lo que hay detrás, de las causas ocultas de los acontecimientos) tiene su origen en un negacionismo de clase profundamente anclado en el subconsciente del pensamiento elitista burgués -no solamente italiano-. No pueden admitir que personas consideradas como obreros puedan tener inteligencia para dirigir acciones que pongan en apuros no solamente a las grandes empresas industriales sino también a las más altas autoridades del Estado. Necesitan ver a manipuladores, a títeres que mueven los hilos de los brigadistas para sus propios y misteriosos fines. Así, el juez Calogero y otros personajes delirantes acusaron a intelectuales, profesores universitarios, periodistas, poetas y escritores, entre otros, de dirigir las Brigadas Rojas y a un imaginario partido armado. Todo ello debido a que eran incapaces de admitir que obreros como Mario Moretti o Rocco Micaletto no necesitaban ni buenos ni malos maestros para pensar».

La infiltración es algo que exclusivamente deben investigar los compañeros comprometidos con la guerrilla, y su versión siempre será la más acertada, aunque jamás exacta. Los demás análisis conspiracionistas, o vienen del Estado o de quienes postulan a él, y en ambos casos son basura.

Lleva años esta teoría, esta leyenda metropolitana sobre la posibilidad de la infiltración de los servicios secretos. Todavía hoy se sigue hablando de esto. En realidad, ninguno la ha demostrado realmente.

Yo fui casi la útima en ser arrestada, el 19 de junio de 1985, y conozco a todos los compañeros de las Brigadas Rojas. Si alguien me dijera quién es un infiltrado, se lo agradecería, porque yo no lo conozco. Si alguien lo conoce, que me lo presente.

Barbara Balzerani,

3 de marzo de 2016

* * *

Nota Hommodolars: En la siguiente introducción se explica el contexto de la visita anterior de Toni Negri, un teórico muy de moda que, como «intelectual de izquierda», cumple a cabalidad su función de «hablar» y «estudiar» a Marx con la apariencia de una «profundidad» que no es más que pura fraseología para liquidar lo esencial de su pensamiento práctico revolucionario, obteniendo las loas de la «izquierda» y, cómo no, del Capital. En su primera visita, a fines de octubre de 2005, se repartió un texto anónimo donde se dejaba en claro la funcion de este personaje y que reproducimos gracias a una colaboración solidaria. ¡Ah! si nunca ha entendido la frase «falso crítico», quizás esto podría ayudarle… (el personaje estará en la Universidad Diego Portales, con la conferencia «Lo común y la acción política hoy» y el coloquio «Biopolítica de lo común»).

Nota Comunización: Hace exactamente seis años, el eminente profesor Negri estuvo de visita en Chile, ocasión en la que fue ovacionado y adulado por la comunidad universitaria congregada en cierta barraca de conferencias de la Universidad Arcis. El evento, pese al entusiasmo extático de la concurrencia, no estuvo libre de inconvenientes. Durante la charla, en efecto, algunos elementos que no estaban nada satisfechos con la presencia del profesor Negri, se las arreglaron para interrumpir el suministro eléctrico, haciendo que por momentos la cháchara del conferenciante fuera completamente inaudible. De vez en cuando, asimismo, salían de entre el desganado público gritos insultantes dirigidos contra Sigue leyendo

Una mirada al anarquismo autónomo e insurreccional en la historia de Estados Unidos

“En el reino del silencio” – Cronaca Sovversiva. (Barre, Vermont) 27 de julio de 1907.

Extraído desde Palabras de Guerra. Traducción, también a cargo de PDG, del escrito Insurrectionary Anarchists of the Coast Salish Territories (Vancouver, Canada).

El anarquismo siempre ha sido un movimiento social compuesto por una gran variedad de perspectivas respecto a organización y estrategia. El anarquismo autónomo e insureccionalista, basado en la responsabilidad individual, la organización informal, la acción directa y la lucha armada, desempeñó un papel crucial en los inicios del movimiento anarquista americano.

En mayo de 1885, anarquistas alemanes que vivían en Londres, crearon un grupo denominado Grupo Autónomo y comenzaron a publicar el “Die Autonomie”, su órgano de expresión, que en parte se empleó como método de respuesta a Johann Most, a quien consideraban demasiado autoritario. Este periódico fue una fuente de inspiración en el desarrollo del movimiento anarquista autónomo en Chicago. También en enero de 1886, los anarquistas de Chicago George Engel y Adolph Fischer[1] crearon el periódico “Der Anarchist” que vino a ser un foro para lxs anarquistas autónomos de la ciudad.

Los desacuerdos dentro de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) en 1885, permitieron el surgimiento de un movimiento autónomo en la ciudad, que se enfrentaba abiertamente a la “Idea de Chicago” defendida por anarquistas como Albert Parsons, uno de los padres de lo que sería el inicio del anarcosindicalismo. Lxs autónomxs consideraban a los sindicatos como estructuras reformistas y burocráticas inadecuadas por ello para la actividad revolucionaria.

Lxs anarquista autónomos de Chicago eran trabajadores que procedían de grupos como: North-West Side Group, the Anarchist Discussion Club, the South West Side Group Number 3, The Socialistic Male Chorus of the South West Side, y la segunda y tercera compañía de Lehr-und-Wehr Verein (“Centro para la Enseñanza y la Defensa”, una milicia de trabajadores armados de la que Fischer fue miembro).

Lxs autónomxs llamaban a “la completa destrucción por la fuerza, del orden establecido” y se distinguían por su rechazo a transigir con sus enemigos de clase. Ellxs no mandaban delegados al Comité General de los Grupos de Chicago, y aunque Fischer era militante de base del Sindicato de Tipógrafos Alemanes, lxs autónomxs no participaban oficialmente en organización alguna. En lugar de ello, apoyaban la formación de grupos de acción independientes para llevar a cabo la lucha armada y la libre asociación de individuos y grupos. El periódico “Die Anarchist” no tenía editora, sólo contaba con una dirección para los comunicados. Los eventos culturales anarquistas jugaban un papel importante en el movimiento e incluían coros, orquestas, grupos de teatro, clubs de debate y meriendas.

Anuncio de “La salute e’ in voi” (“La salud está en ti”), promocionándose como un «opúsculo indispensable a todos los compañeros que aman instruirse». Aparecido en Cronaca Sovversiva. (Barre, Vermont) 23 de november de 1907.

La actividad de lxs autonómxs se correspondía con el espíritu del radicalismo de la clase trabajadora que existía en Chicago en ese tiempo. Lxs trabajadorxs, empleadxs y desempleadxs, se habían enfrentado con la policía durante las huelgas y los disturbios del pan, incluyendo la huelga del ferrocarril en 1877, la primera huelga general salvaje de la historia de Estados Unidos.

La brutal represión policial y las numerosas muertes, llevaron a lxs trabajadores a formar milicias armadas para defenderse. Grupos como Sigue leyendo

Argentina: Los ojos de América Scarfó

Nota de la redacción: Dejamos el extracto de un artículo publicado por el periodista Hugo Montero en la revista Sudestada número cinco, aparecida en enero de 2012. En sí, el artículo no tiene nada nuevo de lo que ofrece el libro «Severino Di Giovanni. El idealista de la violencia». De hecho, Montero llega a calcar exactamente el lenguaje machista anexado al libro de Osvlado Bayer, tratando a América como la sombra de Severino, como la enamorada que sigue a su amado, como la fanática que sigue a su ídolo.

Pero extraímos el final del artículo, que retrata muy brevemente el camino que recorrió América tras la muerte de su compañero.

* * *

—Aunque sea un pecado de vejez, quiero esas cartas.

A los 86 años, América no iba a resignarse. Si había que reunirse con el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, o con el mismísimo jefe de la Policía Federal en su despacho, América no iba a dudar. Aún cuando el funcionario policial alegara que esas cuarenta cartas de Severino eran propiedad de la institución, ella lo interrumpía, firme pero siempre paciente:

—Señor, son cartas de amor que me escribieron a mí, me pertenecen a mí. No se trata de un documento policial o que sirva como prueba de algún delito. Las cartas me pertenecen sólo a mí.

A través de la investigación de Bayer, América se había enterado a fines de los años setenta de que las cartas de Severino no habían sido destruídas, sino que, desde ese aciago 30 de enero de 1931, cuando se llevaron de la quinta de Burzaco, dormían en el archivo del porteño Museo Policial.

—Antes de morir quiero tener las cartas y poder apretarlas contra mi pecho -le explicó al historiador, cuando le pidió ayuda para recuperarlas, en 1999.

Así comenzó su odisea de reuniones, cartas formales y paciencia infinita hasta dar con ellas. Claro que el funcionario no iba a perderse la ocasión de presentar la entrega de la correspondencia a través de un acto, para intentar anotarse unos porotos ante la opinión pública. Pero en el acto formal, América le borró la sonrisa con una sola frase. Breve, tajante:

—Que quede claro. Yo he venido aquí a buscar algo mío -afirmó ante los micrófonos, en la Casa Rosada-. Me pasé toda la vida evitando al periodismo y tengo que terminar con todos estos acá -comentó luego, irónica.

Cuando los flashes de los fotógrafos registraron el momento del traspaso de las cartas,no se prestó al juego cómplice de saludos y sonrisas diplomáticas. Por el contrario, se paró de frente a los periodistas y esperó el silencio para hablarles a todos los presentes:

—No me olvido de que fue desde acá de dónde salió el cúmplase de Uriburu. Y después cuántas madres que no saben dónde están sus hijos… fue desde acá de dónde salieron otras órdenes para matar infinidad de jóvenes.

Durante los años que siguieron al fusilamiento de Severino, América padeció una dura enfermedad, trabajó con un nombre falso cosiendo pantalones por un sueldo miserable hasta que encontró protección entre sus compañeros de ideas. Continuó con sus estudios: en 1998 se recibió de traductora pública de francés, despusés siguió cursando el traductorado literario de esa lengua, y ya contaba con el mismo título, pero de italiano. Algunos años más tarde, se enamoraría de otro compañero y fundaría una librería y un sello editorial, Américalee, a través del cual publicará algunos títulos escenciales de grandes pensadores ácratas. Escribió también artículos para diarios anarquistas. «Lucha Nuestra», uno de ellos, decía:

La felicidad no es una utopía: también en nuestra vida pueden existir momentos felices. Aunque sea sólo por un instante que podemos saborear algo de esta quimera. Un triunfo en el estudio, en el trabajo y en la lucha cotidiana puede proporcionarnos un momento de felicidad. Si la sociedad no estuviera constituída como lo es actualmente, muchos individuos tendrían mayores satisfacciones para su espíritu. Sin embargo, el descontento es una cosa innata en el individuo investigador, curioso, experto… ¿Quién, acaso, luego de tanto pensar, después de tanto calcular buscando soluciones a un problema, no experimentó la inmensa satisfacción al alcanzarlas? ¿Aquel que pasó en un laboratorio estudiando los más complicados problemas de la complejidad de la naturaleza no exclamó un ¡eureka! de triunfo descubriendo o realizando aquello que el cerebro había previsto? Lo mismo ocurre en la lucha por un mejor porvenir. Se me dirá que esta lucha está llena de obstáculos, que las espinas de la vida son muchas. Pero, si deseamos ardientemente la rosa fragante, roja como la sangre que nos corre generosa por las venas, y para cortarla y ofrecerla al ser más amado, debemos atravesar una ciénaga o un monte espinoso, estoy segura de que superarían estos impedimentos y llegando a la meta, cansados, heridos y ensangrentados, se les dibujará una sonrisa triunfal de inmensa satisfacción.

Desde entonces, rechazó uno a uno los ofrecimientos de productores y cineastas, seducidos por llevar al cine su historia de amor con Severino. También se negó sistemáticamente a participar de biografías, con la única excepción de la investigación de Bayer.

—Esa historia es mía y la voy a escribir yo -repetía a todos los interesados, cuando anhelaba escribir un libro y donar las ganancias al Hospital de Niños.

Pero no alcanzaron sus 93 años para cumplir ese deseo. Murió en 2006, en su casa de Congreso. Cerca de su cama, una caja con las cartas de Severino. Un último recuerdo: en aquel encuentro a pocas horas del fusilamiento, después de su último beso, se miraron a los ojos.

Desde lo más profundo de sus jóvenes años, abrazada a su amado, América prometió: «Voy a seguir con tu recuerdo hasta la muerte». Así lo hizo.

Estados Unidos: Este es un mensaje de FC

Este es un mensaje de FC.
Cartas de Freedom Club

[Matar o Morir Ediciones]

Traducido por Matar o Morir Ediciones desde The Communiques of Freedom Club, de The Anarchist Library.

FC (Freedom Club), fue un grupo terrorista que actuó entre las décadas de 1970 y 1990. Sus atentados, paquetes-bomba en su mayoría, eran realizados contra instituciones y personalidades ligadas al desarrollo tecnológico. Las bombas de FC causaron tres muertes y varios heridos.

En 1995, FC envía una carta al diario The New York Times donde promete cesar con el terrorismo si a cambio publican un extenso escrito, La sociedad industrial y su futuro, más tarde conocido como el Manifiesto de Unabomber. El artículo finalmente es publicado el 19 de septiembre de 1995.

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