Balas contra piedras.
Luego de la muerte de Eduardo y Rafael, la fecha comenzó a ser conmemorada por la familia y organizaciones sociales y políticas. De manera natural, sirvió de excusa para homenajear a los jóvenes militantes de organizaciones combativas o a quienes caían enfrentando al poder del Tirano. Cabe señalar además que fueron los jóvenes los que llevaron el peso de la lucha contra Pinochet desde que comenzaron las protestas masivas contra la dictadura, en 1983. Ese ingrediente generacional no puede ser obviado.
Sucedió en 1989. Tenía quince años. Participé días antes en reuniones de coordinación en la sede del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, Codepu, un organismo de defensa jurídica a presos políticos y víctimas de la represión, en sus oficinas de calle Bandera, en el centro de Santiago frente al ex Congreso Nacional. Asistieron varios representantes de organizaciones sociales, juventudes políticas, centros de estudiantes y de los Comités Democráticos, Codes —que era una coordinación de estudiantes de izquierda, ahí donde no habían centros de alumnos— y diversos representantes de la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago, Feses. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue la presencia de miembros de la juventud palestina en Chile (chilenos de ascendencia palestina), que años después sabría que correspondía al trabajo internacional del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), una organización combatiente palestina, marxista-leninista, partidaria de la lucha armada Sigue leyendo