Alemania-Italia, 2009: Carta de Gabriel Pombo por la muerte de Diana Melazzi

Nota de la redacción: Dejamos la antigua carta de nuestro compañero Gabriel Pombo da Silva ante la muerte de Diana Melazzi, una revolucionaria que apareció ahorcada en la cárcel de Rebibbia (Roma) el 31 de octubre de 2009. Pocas horas antes le habían anunciado la sentencia de tercer grado, definitiva, a la cadena perpetua por su pertenecia a las Nuevas Brigadas Rojas, las que se responsabilizaron de una serie de acciones ocurridas entre 1999 y 2006 (los ajusticiamientos de dos consultores del Ministerio del Trabajo, así como de la muerte de un policía y de la dinamitación de una barraca de la Brigata Paracadutisti Folgore, uno de los cuerpos de élite del ejército italiano).

Fue el 2 de marzo de 2003 cuando, en medio de un control policial rutinario, Mario Galesi y Nadia Desdemona Loice disparan contra los agentes, hiriendo de muerte al superintendente de la Polizia Ferroviaria Emanuele Petri. Mario recibe dos balazos en su estómago, que le provocarán la muerte ese mismo día. Con los datos recabados, los agentes logran el arresto de siete brigadistas el 24 de octubre: se trata de Federica Saraceni, Laura Proietti, Cinzia Banelli, Paolo Broccatelli, Roberto Morandi, Marco Mezzasalma e Alessandro Costa. Sólo Alessandro logrará ser absuelto.

A los dos meses, miembros de la Digos (policía política italiana) logran dar con una casa de seguridad en Roma, donde son hallados uniformes de la policía, teléfonos móviles, pelucas, matrículas de automóviles y una buena cantidad de material explosivo. La arrendataria del hogar era Diana Melazzi, quien fue arrestada el 22 de diciembre y acusada del homicidio del juez laboral y consultor del Ministerio del Trabajo Marco Biagi (marzo de 2002), uno de los principales promotores «de las líneas y formulaciones legislativas de un proyecto remodelatorio para regular la explotación del trabajo asalariado».

Al final de los procesos, las condenas fueron:

  • Nadia Desdemona Lioce: cadena perpetua por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo y del policía ferroviario Emanuele Petri.
  • Roberto Morandi: cadena perpetua por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo.
  • Marco Mezzasalma: cadena perpetua por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo.
  • Laura Proietti: veinte años de prisión por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Cinzia Banelli: veintidós años y cinco meses de prisión por el asesinato de los dos consultores del Ministerio del Trabajo. En 2004 se arrepintió y comenzó un viaje de colaboración que le ha permitido obtener la libertad condicional en 2006. En la actualidad, se le asignó una nueva identidad y fue reubicada.
  • Simone Boccaccini: veinte años de prisión por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Federica Saraceni: veinte años y seis meses por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Paul Broccatelli: nueve años y seis meses por robo y formación de banda armada.
  • Bruno di Giovannangelo: cinco años y seis meses por el asesinato de un consultor del Ministerio del Trabajo.
  • Alessandro Costa, Roberto Badel, Maurizio Viscido y Fabio Viscido: absueltos.
  • Diana Blefari Melazzi: cadena perpetua por el homicidio de un consultor del Ministerio del Trabajo.

Al momento de morir, Diana tenía 40 años.

Recordamos también que Gabriel, al momento de escribir esta carta, se encontraba cumpliendo una condena por haberse enfrentado, durante un control rutinario, a una patrulla policial en Alemania, cerca de la frontera con Holanda. En ese momento Gabriel estaba siendo buscado por haber roto su permiso de salidas periódicas de las cárceles españolas. En 2013 fue devuelto a las prisiones ibéricas, donde se encuentra hasta el día de hoy, pese a haber cumplido todas las condenas en su contra. A propósito de esto último, invitamos a leer una breve información respecto a su estado actual.

* * *

Acabo de recibir el volante que anuncia la muerte, del asesinato, de Diana Blefari Melazzi… triste y duro.

Independientemente de saber que cárcel y muerte son consustanciales a nuestra elección de lucha y nuestro empeño combatiente, siempre causa dolor enterarnos del fin trágico de nuestrxs compañerxs (sean o no afines, sean o no conocidxs, etc).

Sobre “el caso” de Diana, me había enterado por la RAI 1 (televisión pública italiana)… y digo bien enterarme y no informarme, porque la TV es un órgano integral de la propaganda del dominio. En este sentido, lo que la RAI ha difundido sobre las circunstancias de su muerte y la figura de esta militante comunista es repugnante. A Diana la han asesinado tres veces: cuando la han encarcelado; cuando dentro de la cárcel la han aislado en el “41 bis”; y, una vez encarcelada y aislada y muerta, han pretendido enfangar su figura y persona/compromiso tratándola de arrepentida.

Como superviviente del genocidio FIES puedo entender perfectamente que cosas motivaron la drástica decisión de Diana. Y digo bien: decisión, no elección.

¿Eligir? Sólo se elije cuando se es libre… así pues, una persona privada de libertad decide qué hacer en base a las circunstancias en las cuales se encuentra. Si hubiese estado libre o en otras condiciones de encarcelamiento, no habría decidido optar por dejar de existir.

Cuando se sobrevive peor que una bestia, aislado y costantemente bajo una fuerte presión psicológica; en un espacio agobiante, rodeado de criminales uniformados que te hacen sentir de mil formas que tú no eres nadie y no tienes nada que esperar… ¿cúal es la lógica?

La lógica y la finalidad de la cárcel, el aislamiento, las torturas y la propaganda del dominio es la muerte.

Quienes hemos conocido (y sobrevivido) la ferocidad despiadada de esta lógica no tenemos inconveniente alguno en declararle la guerra sin tregua a todo y todxs lxs que nos torturan, asesinan, violentan, etc.

Guerra a la guerra sin tanta retórica de mierda contra el sistema y sus socialfascistas de mierda.

¿Radical? Todxs lxs que buscamos hasta la raíz de aquello que nos embrutece, envenena, asesina y tortura nos radicalizamos inexorablemente.

Los muros de la cárcel son lo suficientemente altos como para permitir que el común de los mortales pueda echar una mirada en su interior y hacerse un juicio no mediatizado por propagandistas de lo que aquí (entre muros) sucede. Los departamentos de aislamiento (así como las varias formas de aislar) son lo más profundo y clarividente de este sistema selectivo de exterminio proletario.

Los medios de comunicación masiva están en manos de los enemigos de la Humanidad. Así pues, es “lógico” que tampoco ellxs son “neutrales” en el curso de la guerra social (y lucha de clases… allá donde la clase tiene conciencia de sí misma como tal) y la “información”.

Las preguntas que debe hacerse siempre un proletario son: ¿De dónde viene la información? ¿Qué finalidad persigue? ¿Quién “elige” qué es noticia y por qué? ¿Qué intereses políticos y económicos hay detrás de cada proyecto organizado?

Pero, volviendo a Diana… ¿Qué es lo que no entiende “la gente” sobre su radical decisión de dejar de existir en un lugar donde no hay para la esperanza? ¿Qué diferencia existe entre que unx se ponga la cuerda al cuello o te la pongan los carceleros?

Nadie se pone una cuerda al cuello si conserva un mínimo de esperanzas, si a su alrededor tiene hermanxs que le cuidan y quieren, si en el calendario tiene fechas significativas que señalan momentos placenteros (una visita, una llamada, una carta, una cita de lucha, etc) o divertidos en los que compartir sonrisas, palabras ideas.

¿Qué sucede cuando, incluso dentro de la cárcel (lo que ya es un castigo suficiente), te separan, te dispersan de tus compañerxs y del entorno exterior donde viven las personas que te apoyan y aman, cuando juegan perversamente con tu correspondencia, prensa, visita, llamadas telefónicas y demás “Derechos”? ¿Qué sucede cuando por fin comprendes que todo lo que tu puedes hacer es vegetar como una planta: sin agua, sin luz, sin sol, sin aire?

Para los Estados-gobiernos occidentales y sus medios de comunicación masiva les resulta muy sencillo exigirle “Derechos Humanos” a países de Asia o África sin mirarse ellos mismos al ombligo. Como es la frase aquella: cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo.

Al olvidar que la “prosperidad económica” en la que hoy vivimos en “Europa” proviene de siglos de explotación imperialista y colonial en los continentes de África, Asia y América Latina, el discurso de “nuestros políticos” no puede ofendernos. Pero cuando tenemos una clara conciencia y memoria histórica (clasista), todo el revisionismo y cinismo propagandístico del dominio capitalista nos hiere.

A mí, personalmente, me duele la pérdida de todx compañerx (aún no siendo afines), sea por las consecuencias de su decisión como por la acción directa o indirecta de nuestrxs enemigxs. Porque a un/a militante revolucionarix no se le “recluta” (como un soldado, policía o carcelero) poniendo un anuncio en la TV o periódico. Un revolucionario no se forma ni uniforma en una academia. El militar, el policía y el carcelero hacen su “trabajo” por dinero; el revolucionario por convicción. El revolucionario no define su actividad como “trabajo”, sino como empeño.

Podría escribir cientos de hojas explicando y diciendo por qué debemos continuar el empeño y la lucha de todxs lxs caídxs a lo ancho del mundo y lo largo de la historia, y esto sin tanta “moderación” en las palabras, los argumentos como los medios…

Gabriel Pombo Da Silva
Aachen, Alemania
16 de noviembre de 2009

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