Extraído de la Editorial Chile Popular
Por aquí queremos empezar, desde su ida a las estrellas, un relato de una vida siempre haciéndose, siempre cualificándose, siempre aprehendiendo y por sobre todo una vida plena con sus virtudes y defectos, nada mas alejado de las estatuas eternas que alaban una perfección que no es tal. La vida de Norma y su proceso de hacerse como subversiva y revolucionaria sin vuelta debe ser conocida y reconocida por nuestro pueblo y las nuevas generaciones de jóvenes populares en lucha y que no están ni ahí con la complacencia que intenta penetrar las vidas de esos y esas jóvenes.
Norma, en nuestra intimidad lautarina «Chiquitita Ojitos de Luna», llega a vivir a Santiago desde el pueblo de El Monte a mediados de los ochenta, hija de campesinos que buscan una mejor vida en la capital. Se asientan en el popular barrio de Santa Adriana del sector sur poniente de la capital. La vida de la familia Vergara Cáceres esta marcada además por la militancia política del papá de Norma, que pertenecía al MAPU Obrero Campesino y que es una de las vertientes de donde bebe Norma para la toma de conciencia política, ya que su condición de clases estaba encarnada desde su nacimiento.
En pleno estallido del Pueblo en Llamas de los ochenta “La chica» comienza a participar Sigue leyendo